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Ayachucho - DIA 8 - Los víveres y las comidas



Dia 8 - Los víveres y las comidas
"Hora de la Botana!" dice en alto Felipe y al aire, una hora y media después de haber desayunado. "Una ensalada de atún, quesos, carnes frías, panes y un par de botellas de vino." dice pasándose la lengua por encima de los labios. "Botaaaana!" le contesta Antonio, "Más bien parece comida. Desayunamos hace nada y tu te empacaste 3 platos de cereal! Y eso que querías desayunar ligerito!!"
La comida es un tema que nos incumbe a todos y, más aun, en una travesía trasatlántica. Desde días antes de partir era un tema de discusión. Que llevar? Que tanto? Donde comprar? Como guardarlo? etc?
Todo empezó cuando Emilio Garcia Placencia, el escultor quien se había anexado al equipo como cocinero desde hace meses, cancelo su participación por la repentina decisión de contraer nupcias.
Teniendo tal vacio, Pepe decidió contratar a alguien y semanas antes en Mallorca, Marc encontró a un candidato: Juan Luis. Juan Luis quien decía tener amplia experiencia en la vela y se sentía en confianza de cumplir con la difícil tarea de la cocina, parecía ser la persona perfecta. Sin embargo unos huevos revueltos con mas cebolla y ajo que huevos fueron la gota que derramo el vaso! El capitán mareado no pudo digerirlos por días en la larga y turbulenta travesía de Cádiz a Canarias. Con esta y
otras más razones de valor, Juan Luis se quedo en el viejo continente.
Ya en las Canarias encontramos a Sabrina, una linda joven inglesa de 26 años de edad, que con tan solo vivir la experiencia de la cruzada estaba hasta dispuesta a llevar a cabo la tarea de la cocina. El capitán mareado no quiso consentir inmediatamente y le hizo una prueba: hacer la comida. La inglesa improviso (con la ayuda de Joel) y en cuestión de minutos tuvo lista una pasta al pesto de muy buen sabor que dejo encantado a Jose y a los otros que lo probaron! A bien o a mal, cuando se le busco
para darle el sí, Sabrina ya había aceptado la invitación de otro barco. El capitán mareado entro en angustia y depresión! Quien iba a cocinar?
Rápidamente el resto de la tripulación le dio ánimos a que no era necesario contar con un cocinero y que entre todos podríamos cocinar. Inés, quien fue la única esposa quien acompaño a un miembro de la tripulación hasta el último día, salto al auxilio y rápidamente elaboro unos menús e ingredientes esenciales a llevar. Juan Carlos y Diego consiguieron una lista de qué frutas y verduras comprar y Marc consiguió la lista de los lugares: un mercado local y, de orgullo español, el Corte Ingles.
Nos lanzamos todos al Corte Ingles a hacer las compras. Cada quien agarro su carrito y como "homeless" a llenarlos hasta desbordar! Panes blancos, negros hasta Panetones italianos, pastas, enlatados, aguas, vinos y cervezas, mermeladas, galletas, sopas y arroces?. etc, Fue un acto de franca espontaneidad!
Diego, con el objeto de complacer al capitán mareado, lleno su carrito con todo tipo de nueces, semillas, avenas, huevos ecológicos, mieles, panes negros e integrales y hasta unas leches naturales que resultaron ser de oveja y de soya, esta última a la fecha, únicamente degustada por Diego.
También se compro un paquete de cajetillas de cigarros a escondidas, (el capitán mareado no sabe y por favor mantenerlo en secreto) para ciertos miembros de la tripulación que a escondidas se fuman uno que otro cuando el capitán está dormido.
En fin, todo esto llego un día después en cajas. La tripulación entera tardo una tarde en poder organizar y meter toda la comida en sus respectivos almacenes. Marc recomendó dividirla en secciones y en clases: pastas, cereales, enlatados, galletas y chocolates, verduras y frutas verdes, verduras y frutas maduras, vinos y whiskys, aguas, semillas y panes, etc. Diego hizo un plano en donde estaba ubicada cada sección para ser lo más democráticos posible y que todo fuera fácil y rápido de encontrar.
Ya llevamos 8 días y no nos podemos quejar de la comida pues ha estado verdaderamente deliciosa. Marc y Joel han hecho la mayor parte auxiliados por Diego y Juan Carlos. El resto, se han limitado a dar buenas ideas y, sobretodo, a degustar y disfrutar.
Los primeros días fueron la Aguacatiza pues el capitán mareado amenazo a Diego y a Juan Carlos que no regresaran del mercado de frutas y verduras al menos que traigan una buena dotación de aguacates. Dicho y hecho, Diego y Juan Carlos volvieron con un gran dotación de aguacates las cuales no tardaron un día para empezar a mostrar signos de total maduración incluyendo la dosis que habíamos ido a buscar al tras mercado y que supuestamente iba a durar una semana por su verdor. Huevos con aguacate, ceviche
con aguacate, ensalada con aguacate, quesadillas con aguacate, hasta pasta acompañada de aguacate.
El oasis de la comida ha sido definitivamente las cuatro pescas que hemos tenido que, aunque no muy abundantes, han sido verdaderamente deliciosas.
Ahora nos preocupan dos cosas: La primera es que el viaje va a durar cinco días más de lo planeado y que se compro comida para 15 días justo para no desperdiciar y cargar de mas! La segunda es que nuestra alternativa de comida es el "wáter maker" y la pesca. El wáter maker funciona perfecto pero la caña de pescar ya no! Estamos haciendo nuestros mejores esfuerzos por improvisar algo y poder seguir con dicha actividad sino tendremos que seguir el ejemplo de los mauritanos y asaltar a un velero del
ARC (si es que lo encontramos)!
Un abrazo muy fuerte de la tripulación del Ayacucho.


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